Desarrollo Rural Sostenible.

Desde hace unos años estas son las tres palabras de moda en el medio rural, puestas en valor por la Ley 45/2007 para el Desarrollo Rural Sostenible del Medio Rural.

Parece ser que la razón esencial de que se promulgara esta Ley era el vacío existente y prolongado de una política rural propia en España, a diferencia de la mayoría de los países desarrollados que contaban con una legislación en esta materia.

Sin embargo, a pesar de las leyes protectoras, son muchas las regiones de diferentes países que se encuentran en una situación de incertidumbre en cuanto a su futuro, presentando síntomas de declive económico, envejecimiento y despoblación.

Conscientes de esta deficiencia, los países comunitarios han desarrollado una importante normativa nacional para hacer frente a este declive de las zonas rurales y parece ser que España definitivamente ha querido engancharse al carro con la aprobación de esta Ley que, en la programación de actividades previstas, establece tres elementos básicos:

• Programa de Desarrollo Rural Sostenible. Instrumento principal para la planificación que recogerá una amplia gama de medidas de carácter social, económico y medioambiental para impulsar coordinadamente el desarrollo del medio rural. Este programa, elaborado en coordinación con las CCAA, concretará los objetivos, planes y actuaciones sectoriales a desarrollar.


• Planes de zonas rurales. Para garantizar la coherencia del programa anterior, se elaborará un Plan por zona rural, elaborado y aprobado por las CCAA, que recogerá ordenadamente las actuaciones de las Administraciones en dicha zona.


• Prioridad. Las zonas rurales calificadas a "revitalizar", así como las áreas integradas en la red Natura 2000 y los municipios rurales de pequeño tamaño tendrán la consideración de zonas rurales prioritarias a efectos de aplicación del programa.

Está claro que la Ley y su aplicación y desarrollo, constituirá un impulso para las zona rurales.

Los que intentamos vivir en este medio rural sólo esperamos que los gobiernos, las diferentes Administraciones, asociaciones y personas implicadas directamente en el proceso de desarrollo rural trabajen rápida y eficazmente para que, más pronto que tarde, la Ley consiga el objetivo para el que fue promulgada.

Esperamos también que el desarrollo de esta Ley no implique complicar la vida en estas zonas como ya ha ocurrido con otros planes que al final se han quedado en muy poco y que no se convierta en "pan para hoy y hambre para mañana", sino que sea un proyecto con futuro, prolongado en el tiempo y una herramienta realmente eficaz para un definitivo Desarrollo Rural, eso sí, siempre SOSTENIBLE. Se lo debemos a nuestros hijos.